Por:
Fernando-x Arteaga
Quisiera sentir a
inicios del alba su querer,
y
el corazón late al vacío, solo muchas veces,
como
extraño a la Afrodita del cielo bello ser;
rayo
marfil, sonido de luz, canto de las mieses.
Estoy
alucinando en las volátiles estrellas;
porque
he perdido sus notables rastros varios soles.
¿Qué
hace la alondra dormida entre crisálidas bellas,
a
caso respirará en el viento amor de arreboles?
Siento
venir el perfume de sus labios de cielo,
y
a lo lejos enlaza la ceniza de cristal,
el
aliento de mis ojos, mi translúcido velo.
Mortales
son las olas y vivas llenas de sal,
la
golondrina empieza ya a despejar su amplio cielo,
para
sentir en la noche, brisa primaveral.
Pero
no la veo danzar, mi mirada se obscurece.
Dónde
estás? Entre nubes escondida permanece.
Está
guardando luz en una efigie circular,
está
su alma sin alas, no quiere sola volar.
Del
Poemario: "Un libro Sin Final"
Año:
2006