Palabras
cual golondrinas vestidas de júbilo, han viajado venturosas a través del
tiempo, para acortar una triste distancia y devolverle el amor a mi alma casi
agonizante. En aquel instante, mientras la soledad me acompaña, recuerdo cada
una como si fuesen poemas en mi alma, que cantan una historia de amor. Son
sonidos en silencio, son letras sin color que solo llegan a mi corazón.
Imagino
que vuelan a través del viento para susurrar en la memoria y pensar… En cada
una de ellas siento que descasan células cálidas de sinceridad, felicidad,
ilusión y añoranza. Son palabras que me roban el sueño, me roban la luz
del presente, me roban las lágrimas del pasado y los pasos del futuro.
Cuando
camino las respiro tan cerca que no me importa me roben todo lo que soy, porque
yo abro las puertas de mi vida para que se apoderen de mí; porque esas
palabras llenan mi corazón, porque me han hecho descubrir que en la
ironía de la ilusión solo ellas cobijan mi felicidad.
Cada
tarde, cuando el sol empieza a ocultar su luz, veo el resplandor de un destello
más fuerte que el mismo sol, que ilumina la sonrisa de mi rostro y los
pensamientos de mi alma. Fue así como empecé otra vez a amar, sin planes
absurdos, o sin deseos extraños.
Es
la hora de leer otra vida, es el momento de unir dos caminos. Veo como
las palabras se juntan en una sola historia como si se besaran unas con otras,
como si ellas fuesen las actrices de un cuento que aún no encuentra su final y
que mientras estén distantemente juntas seguirán contando la historia de
aquel amor que nació entre ellas.
Palabras
de alegría, de frustración, de deseo, tristeza, o pasión. Son tantas que
llevan escondido un solo sentimiento que enciende el fuego de mi vida, y se
resume en tan solo dos. Dos palabras que me han hecho despertar, tan solo dos
que son la armonía perfecta, la ilusión eterna y la gloria mía. “Te amo” dos
palabras que las leí en el alma de un ser perfecto para mi, en el alma de un
ser que cautivó mis más profundos deseos.
No
me cansaría nunca de leer cada palabra que en él nace y en mi florece. Nace en
aquel ser que no se cansa de escribirme, aquel ser que eres tú, y que tu nombre
también es una palabra símbolo de mi dicha. Contigo siento que camino otra vez
está en la tierra, y que puedo mirar el firmamento para sentir la infinidad del
amor.
Tus
frágiles palabras son el aliento que transforma mi pesar en canciones de
ilusión. Soy feliz de haberte encontrado aún en esta lejanía. Soy amante por
tenerte entre mis letras. Soy tu ángel que encontró el suyo para juntos volar,
para juntos volver amar.
Un
chat que acuña una historia tras un recuadro esconde nuestros rostros y solo
las palabras lo pueden atravesar. Te pido entonces, con las manos extendidas al
cielo que tú y yo escribamos el final de esta historia tan solo con la muerte
porque mientras tú decidas vivir conmigo jamás el mundo tendrá final. Te amo y
empiezo a necesitarte tanto o más, como las flores al sol para
poder vivir. ¡Sueña conmigo pronto estar juntos, respirando el mismo
aire y pisando la misma sombra!
Fernando-x
Arteaga