Por: Fernando-x Arteaga
Habla la tarde con el viento de la ciudad,
cantan
los árboles con aroma primaveral,
susurran
tus labios mi lejana felicidad,
y
te miro a través de una luz casi irreal.
Sonríes
con el día mientras la noche me cobija,
respiras
aquel oxígeno de mi brisa austral,
sientes
mi amor en su forma hoy prolija
y
te miro a través de una luz casi irreal.
Ansío besarte, acortar el tiempo y la distancia,
pero
solo quedan rubores de perseverancia,
mientras
nuestras almas se anidan en la América
natal.
Cuento
los días cuando descienden de los azules cielos,
y ya se disuelven como agua de transparentes hielos,
mientras
nuestras almas se anidan en la América
natal.
Madrid,
2014