Por: Fernando-x
Arteaga
Bajáronle
pronto las estrellas
para cantar
sueños de tesoro
y meciendo su
corazón de oro
rápido abrigan
sus fríos pies.
Como dulces
cálidas doncellas,
en el lozano
cielo sonoro,
las clarines
que bailan en coro,
entreteniendo
al niño las ves.
Ojos de miel
dos vivos gorriones,
guardadnos
siempre en almas radiantes,
Oh! Mis tiernos
frágiles diamantes,
miradnos,
dadnos prosperidad.
alegra nuestras
tristes canciones,
ojitos lúcidos
caminantes,
nogales los más
fieles amantes,
brillar por
siempre en la oscuridad.
Ven y abraza
nuestros corazones,
con tus manitas
blancas y hermosas
que en armonía
forman dos rosas,
tan claras que
no tienen envés,
blandas como
suaves algodones,
las auroras que
se abren gloriosas,
ya jugando como
aves airosas
entre pajas
nadando las ves.
Ruiseñor el
cielo púrpura eres,
coloso pez de
los amplios mares,
un ángel que
nació en nuevos lares,
pronto en la
triste cruz morirá,
tierno niño que
en mí aún no mueres,
verte llorar yo
no quiero a mares,
descansa ¿por
qué tienes pesares?
tu padre solo a
ti cuidará
Primavera de
todos los hombres,
duerme niño aún
no sientes dolores,
tus pesares hoy
son como flores
de paz que
mañana llorarán,
en tu costado
las pajas de hombres,
piden cielo a
tus fríos dolores,
al mirar
natividad en flores,
natividad
que ellos mecerán.
Del Poemario:
"Un Libro sin Final"
Año: 2006
Año: 2006