Por: Fernando-x Arteaga
y
tu nombre se marchita en él porque esperar fue en vano;
no
tengo nada, ya solo el recuerdo de días lejanos.
Como
rocas sobre el dolor fueron tus palabras,
y
el olvido es casi imposible,
como
apagar el sol tan solo con lágrimas de amargura y desdicha.
No
te deseo la gloria porque tú a mí me la arrancas,
el
amor se vuelve rencor, y por eso me siento triste.
Quisiera que me vuelvas a amar,
quisiera
que vuelvas a mis brazos,
quisiera
que vuelvas a mis sueños,
que
mires a través de mis ojos,
que
vivas a través de mi sangre,
que
hables a través de mi boca…
Pero
ya nada tengo, solo incertidumbre
y
mil preguntas sin respuesta,
y
mil sueños sin futuro.
como
los ríos sin agua,
como
el mar sin sal,
como
ave sin alas
o
música sin sonido.
Fue
repentinamente
tu
lejana respuesta del adiós,
sin
sentido, sin valor, sin razones.
Ahora quizá digo, que el amor no existe,
son
falacias necias creer en él,
al
final amando solo a quien no existe me quedé.
Mi
corazón ha muerto y nada queda de él,
dejó
de soñar, dejó de amar.
Busco respuestas en aquel cruel y doliente adiós,
pero
no existen,
pues
de su boca solo palabras bacías nació;
y
en mi mente sembraba como respuesta: rosas color café marchitas en agua,
árboles
color púrpura sembrados en la luna.
Todo fue, quien sabe porque!
Quizá
Dios se cansó de vernos tan distantes,
se
cansó de creer en nosotros,
de
creer en quienes en nosotros jamás creyeron.
Que
nos perdonen y los perdonen.
Que
este amor jamás daño quiso hacer.
Hasta
siempre y en el recuerdo de mi vida,
aquel
amor que logró en esta tierra fallecer.
Del poemario "Soledad"
Año: 2010
Año: 2010