Por: Fernando-x Arteaga
Constantemente imagino nuestro porvenir y los días que se
han sumado son las rocas sólidas de este sentimiento que como agua caliente
recorre los surcos de mi adormecido cuerpo. Desde hoy mi espíritu está
completo y te ruega nunca lo abandones, no lo destruyas jamás pues por ti
ha vuelto a volar; surca el infinito con él, y enséñale a vivir. Enséñale que a
tu lado jamás tendrá otra vez que sentir el frío de la soledad, o la amargura
del dolor.
Dale el soplo de vida que necesita, y ámalo con él a ti porque
desde aquel instante que decidió caminar a tu lado te entregué toda mi alma y
estando a tu lado se que no me equivoqué, por eso te digo que realmente deseo
morir en tus brazos sabiendo que me quieres tanto como yo…