Por: Fernando-x Arteaga
En el límite
del silencio, después de tus ojos veo al mundo diferente,
y en el umbral
de una puerta renace el
amor frente a ellos;
brotan besos,
caricias que al cruzarla se vuelven necios,
se vuelven
inertes porque hay dos mundos para los dos:
uno eterno,
otro con un final.
El vivo tras la
puerta de tu vida,
el muerto en
una incomprensible sociedad.
En el límite
del silencio, después de tus ojos veo al mundo diferente
y en las calles
escucho el susurrar del viento;
que me dice:
¡te amo! inmortal como tu recuerdo porque vives en mí,
porque las
calles se cubren de ti a cada paso;
tres letras de
tu nombre marcan en mí el destino del amor,
de un amor en
dos tiempos.
En el límite
del silencio, después de tus ojos veo al mundo diferente,
y entre tus sábanas que
son mías, somos uno, nuevamente somos uno,
y tu vos dicen
mis palabras, tus ojos miran mis deseos,
tus manos tocan
mis angustias y solo la noche es testigo de nosotros,
la noche y una habitación en la que se quedó
tatuada parte de mi alma.
En el límite
del silencio, después de tus ojos veo al mundo diferente,
y yo destruyo
mi universo por ti,
mi sangre
cambió su curso,
mis venas son
las orillas de tu amor
y entre mis
cabellos se quedan enredados tus deseos
y como un
girasol que baja su rostro cuando es más bello,
así bajo mi
rostro ante tu belleza,
ante tu cuerpo
que alguna vez fue de otro.
En el límite
del silencio, después de tus ojos veo al mundo diferente
y soy como las
estrellas que brillan cuando el sol se oculta,
soy como ellas
y cuando la noche llega
tu eres el sol
que se oculta para darme aquel brillo ,
el brillo del
sueño, del sueño que es infinito,
del sueño que
eres tú.
En el límite
del silencio, después de tus ojos veo al mundo diferente,
me enseñaste a
verlo glacial, a pesar que solamente es de los dos
y lo tenemos
entre nosotros
y es el
escenario de nuestro presente, pasado, futuro subliminal
que no dejaremos morir jamás.
Del poemario: " Amanecer Amar"
Año: 2008