domingo, 18 de diciembre de 2011

Natividad

                                                                                        Por: Fernando-x Arteaga                                                                       
Bajáronle pronto las estrellas
para cantar sueños de tesoro
y meciendo su corazón de oro    
rápido abrigan sus fríos pies.
Como dulces cálidas doncellas,
en el lozano cielo sonoro,
las clarines que bailan en coro,
entreteniendo al niño las ves.



Ojos de miel dos vivos gorriones,
guardadnos siempre en almas radiantes,
Oh! Mis tiernos frágiles diamantes,
miradnos, dadnos prosperidad.
alegra nuestras tristes canciones,
ojitos lúcidos caminantes,
nogales los más fieles amantes,
brillar por siempre en la oscuridad.



Ven y abraza nuestros corazones,
con tus manitas blancas y hermosas
que en armonía forman dos rosas,
tan claras que no tienen envés,
blandas como suaves algodones,
las auroras que se abren gloriosas,
ya jugando como aves airosas
entre pajas nadando las ves.



Ruiseñor el cielo púrpura eres,
coloso pez de los amplios mares,
un ángel que nació en nuevos lares,
pronto en la triste cruz morirá,
tierno niño que en mí aún no mueres,
verte llorar yo no quiero a mares,
descansa ¿por qué tienes pesares?
tu padre solo a ti cuidará



Primavera de todos los hombres,
duerme niño aún no sientes dolores,
tus pesares hoy son como flores
de paz que mañana llorarán,
en tu costado las pajas de hombres,
piden cielo a tus fríos dolores,
al mirar natividad en flores,
 natividad que ellos mecerán.


 Del Poemario: "Un Libro sin Final"
Año: 2006

martes, 6 de diciembre de 2011

Corazón de Colibrí

Por: Fernando-x Arteaga
¡Qué fuego lleva tus tiernas alas? 
¿Será el cielo tu único camino!
No creo imaginar tus versalas,
ni sentir tu canto, el libre trino.

Eres libre, optimista y veloz,
estrafalario y extraordinario;
corazón viajero, alas de dos
del cálido sueño temerario.

Al negrecer tus brillantes ojos,
reflejas vida y pintas valor;
revelas transparentes antojos,
en tus plumas de ardiente color.

Corazón; verde mar de esperanza,
gallardo, jubiloso y sereno,
única belleza  de labranza
hijo del cielo cual flor del heno.

Vuelas alto, ¡firme vuelas alto!
fuerte no decaes al volar,
sueñas y  no temes al cobalto
que se funde hoy a tu despertar .

Vuela, vuela en dulces algodones,
pues no hay imposibles en el mundo
que no se apaguen tus vivos dones,
veloz color, sentido profundo.

Corazón de colibrí corazón,
corazón de los sabios corazón,
corazón de valientes corazón,
corazón de los héroes corazón.

Del Poemario: "Un Libro sin Final"
Ano: 2006