miércoles, 23 de mayo de 2012

Prerrogativa



Por: Fernando-x Arteaga

Te regalo mi mundo, las rosas que están en él, el cielo.
Te regalo mi cuerpo, mi espíritu,
cada célula que acaricia el viento y la tierra,
aquellos  quienes  guardan el secreto de mi amor
que se disuelve en el peregrinar de estas palabras.

Te regalo mis ojos para que veas el corazón,
te regalo mi corazón para que lo hagas eterno  en el día,
en la noche, en la grandeza del amor;
allí para que lo hagas tuyo.

Te regalo mis palabras
que se preguntan si te amo más de lo que tú te amas,
porque no es como lo siento es mayor,
no hay universo, es más infinito que las estrellas. 
La arena se podrá contar grano por grano,
 pero mi amor a ti jamás.

Te regalo mis pasos para que cada tiempo en el que camines,
me lleves contigo, me lleves en ti porque soy tuyo, porque te amo
y no me cansaré de dibujar letra por letra cada una de estas palabras,
TE AMO.

Te regalo mis manos
para que con ellas levantes el futuro,
que es mío porque son mis manos las que  tienes tú.

Te regalo a mi Dios que es tuyo también;
ironía del amor palabras necias,
ironía de la vida que viaja desde mi buscándolo,
buscándolo donde ya existe, sobre tu alma y sobre la mía.

Te regalo mi paz y mi libertad,
la paz de mis días está entre tu vida,
tú la construyes, tu la destruyes.
La libertad como glaciar se disuelve en mi cuerpo cuando estás cerca
y hoy como agua caliente abriga mí ser
aún más diáfana que su propio nombre.

Te regalo mis sueños y esperanzas,
te regalo lo que me hace vivir,
aquello que será tuyo y tus sueños con los míos
y tus esperanzas cerca de las mías vuelen juntas
para que nos enseñen a volar.

Del Poemario; "Amanecer Amar"

Año: 2008

miércoles, 16 de mayo de 2012

Poema Mayo

Por: Fernando-x Arteaga

La soledad se ha marcado cual tatuaje sobre mi piel,
y tu nombre se marchita en él porque esperar fue en vano; 
no tengo nada, ya solo el recuerdo de días lejanos.
Como rocas  sobre el dolor fueron tus palabras,
y el olvido es casi imposible, 
como apagar el sol tan solo con lágrimas de amargura y desdicha.
No te deseo la gloria porque tú a mí me la arrancas,
el amor se vuelve rencor, y por eso me siento triste.

Quisiera que me vuelvas a amar,
quisiera que vuelvas a mis brazos,
quisiera que vuelvas a mis sueños,
que mires a través de mis ojos,
que vivas a través de mi sangre,
que hables a través de mi boca…
Pero ya nada tengo, solo incertidumbre 
y mil preguntas sin respuesta,
y mil sueños sin futuro.

Soy como en sol sin rayos,
como los ríos sin agua,
como el mar sin sal,
como ave sin alas 
o música sin sonido.
Fue repentinamente  
tu lejana respuesta del adiós,
sin sentido, sin valor, sin razones.

Ahora quizá digo, que el amor no existe,
son falacias necias creer en él,
al final amando solo a quien no existe me quedé.
Mi corazón ha muerto y nada queda de él,
dejó de soñar, dejó de amar.

Busco respuestas en aquel cruel y doliente adiós,
pero no existen, 
pues de su boca solo palabras bacías nació;
y en mi mente sembraba como respuesta: rosas color café marchitas en agua,
árboles color púrpura sembrados en la luna.

Todo fue, quien sabe porque!
Quizá Dios se cansó de vernos tan distantes,
se cansó de creer en nosotros,
de creer en quienes en nosotros jamás creyeron.
Que nos perdonen y los perdonen.
Que este amor jamás daño quiso hacer.
Hasta siempre y en el recuerdo de mi vida,
aquel amor que logró en esta tierra fallecer.


Del poemario "Soledad"
Año: 2010