domingo, 10 de junio de 2018

Despedida a los 30


 Por: Fernando-x Arteaga

Adiós al tiempo empujado por las manos del viento,
adiós a los espectros invisibles de horas muertas, 
adiós a aquellos pasos débiles y prisioneros, 
adiós al polvo inmune de las fulgurantes estelas.

Despido todo aquello que no pisó la tierra fértil,
a todo aquello que se inmuta en el color de la piel,
a todo aquello que resucita como un fiel recuerdo,
a todo aquello que no tiene ni un trozo de sabor a miel.

¿Cuántas hojas marchitas han caído de mis huesos,
entre frágiles semillas de sueños y realidades?
Una sola amalgama  de años tan desgastados
que se pierden en constelaciones de risas siniguales. 

Pasan los segundos con la brisa del verano 
acariciando las almendras de mis pensamientos 
mientras los suspiros de su mirada agitan mis manos
soñando otra azul tierra para sembrar más años. 

Intento sentir el agua tibia de sus palabras 
que arrullan mi sueño y encienden mi alma.
Estoy nuevamente enamorado de mi vida, 
aún con sus defectos que aguardan en calma.

Este verano no tan cálido seguro tiene otro nombre;
un rostro que me enseña nuevamente a vivir. 
Miro el rojo infinito del cielo desde una cumbre 
que me guía hacia un camino oculto por descubrir.

Una etapa terminó a los treinta y con ímpetu inicia otra, 
será la mejor, la asertiva, la valiente, la emprendedora;
por eso, a ti estas palabras, a ese espíritu juvenil 
que me guardará cual guerrero en el tiempo más hostil.

Ya cierro mis ojos a los treinta, pero no para morir 
sino para volver a despertar a las eternas fantasías,
para volver a pisar con pies fuertes y manos abiertas;
entonces ven conmigo que no te quiero dejar ir.
 Año: 2018