miércoles, 16 de mayo de 2012

Poema Mayo

Por: Fernando-x Arteaga

La soledad se ha marcado cual tatuaje sobre mi piel,
y tu nombre se marchita en él porque esperar fue en vano; 
no tengo nada, ya solo el recuerdo de días lejanos.
Como rocas  sobre el dolor fueron tus palabras,
y el olvido es casi imposible, 
como apagar el sol tan solo con lágrimas de amargura y desdicha.
No te deseo la gloria porque tú a mí me la arrancas,
el amor se vuelve rencor, y por eso me siento triste.

Quisiera que me vuelvas a amar,
quisiera que vuelvas a mis brazos,
quisiera que vuelvas a mis sueños,
que mires a través de mis ojos,
que vivas a través de mi sangre,
que hables a través de mi boca…
Pero ya nada tengo, solo incertidumbre 
y mil preguntas sin respuesta,
y mil sueños sin futuro.

Soy como en sol sin rayos,
como los ríos sin agua,
como el mar sin sal,
como ave sin alas 
o música sin sonido.
Fue repentinamente  
tu lejana respuesta del adiós,
sin sentido, sin valor, sin razones.

Ahora quizá digo, que el amor no existe,
son falacias necias creer en él,
al final amando solo a quien no existe me quedé.
Mi corazón ha muerto y nada queda de él,
dejó de soñar, dejó de amar.

Busco respuestas en aquel cruel y doliente adiós,
pero no existen, 
pues de su boca solo palabras bacías nació;
y en mi mente sembraba como respuesta: rosas color café marchitas en agua,
árboles color púrpura sembrados en la luna.

Todo fue, quien sabe porque!
Quizá Dios se cansó de vernos tan distantes,
se cansó de creer en nosotros,
de creer en quienes en nosotros jamás creyeron.
Que nos perdonen y los perdonen.
Que este amor jamás daño quiso hacer.
Hasta siempre y en el recuerdo de mi vida,
aquel amor que logró en esta tierra fallecer.


Del poemario "Soledad"
Año: 2010